9 de febrero de 2009

A propósito de la crisis

Ya van varias semanas en las que los medios de comunicación de todo el mundo hablan de la crisis. Aquí en Coahuila ya van varias plantas que han cerrado o están a punto de cerrar por la crisis: 1250 trabajadores de na planta contructora de carros de ferrocarril; varias armadoras de carros han reducido jornadas de trabajo (General Motors y Chrysler). La realidad es que esta situación nos ha alcanzado, y según algunos no nos va a rebasar como país, eso es fácil de decir si tienes asegurado tu trabajo, si ganas más de 100 mil al mes y si eres político, ¡JA!

Pero también oímos hablar de crisis en los valores, en la situación de la familia, en las relaciones afectivas (algunos las califican de frívolas, pasajeras, superficiales, interesadas, hedonistas), crisis de seguridad, ¡hasta de crisis de identidad personal! Creo que lo que más daño nos puede hacer en este caso es que nos acostumbremos a ella, si llegamos a ver la crisis como normal deja de ser crisis y pasa a ser un estado habitual, ¿me explico? Una persona que siente un dolor y no hace nada por él (ir al doctor, tomarse una medicina, buscar un remedio) se acostumbra a él y pasa a ser un estado habitual, ya no le llama la atención, ¿has oído decir a alguien "lo que pasa es que siempre me duele la cabeza antes del examen"? Ya ve habitual esa situación, es normal, ya no le llama la atención. Un dolor, una crisis (familiar, personal o del tipo que sea) es un aviso de que algo no anda bien. Es triste ver a personas que ya están habituadas a vivir con la crisis, con el dolor, la depresión, la fatiga, la monotonía etc., pero es más triste que vivan cerca o con nosotros, ¿cómo ayudar a que salgan de esa lamentable situación? En ocasiones nos contentamos con mantenernos al margen, y si no podemos ayudar, al menos evitar que nos "contagien".

En las vacaciones de diciembre estando en Victoria fui a Tampico nada más a comprar mariscos al mecado de "La puntilla", en el Cascajal, y pasando por la casa me encontré con un texto que apareció en el periódico Milenio, según el desplegado (media página) el autor es Albert Einstein.

La verdadera crisis: la incompetencia.
“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y sus penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.
Creo que estas ideas nos pueden ayudar a entender un poco mejor el sentido de la crisis en el sentido en que la queramos contemplar. Desconozco el contexto de Einsten a pronunciar estas palabras, pero me hacen pensar en la manera en la que enfrento mis experiencias de vida. ¿Cómo pretendo que las cosas (los demás, mi esposa, mis hijos, mis compañeros de trabajo, mis amigos, mis alumnos, mi contexto) cambie si no cambio yo? Es muy fácil, y muy infantil e inmaduro, buscar las soluciones sin comprometerme, dejándoles a los demás la responsabilidad de mi vida, tal y como lo hace un niño con sus papás.
Algunos hemos llegado a decir "yo necesito estar bajo presión para trabajar mejor": qué necesidad de sentirme presionado para hacer las cosas que sé que están bajo mi responsabilidad, y que, irremediablente, tengo que hacer.
Es en estos casos de crisis donde puedo demostrarme que puedo vencer cualquier problema o situación "adversa", ¿cualquiera?, sí, cualquiera, lo que necesito, en dado caso, es estar en esa situación y sacar, por la buena, lo mejor de mí. MD