11 de enero de 2008

A propósito del desafortunado comentario del Cardenal Rivera

... al comentar a las reclusas del penal de mujeres de Santa Marta Acatitla el cardenal arzobispo primado de México, señor Norberto Rivera Carrera, en la homilía comentó: "Ustedes encuentran en esto gente aquí, pero también gente afuera que mata la fama, la dignidad, el buen nombre de las personas, verdaderas prostitutas, verdaderos prostitutos de la comunicación que deshacen la fama de los demás"

Jesús en una ocasión le dijo a la gente que lo escuchaba: "en la cátedra de Moisés se han sentado muchos (escribas y fariseos), obedézcanles, y hagan lo que les dicen, pero no imiten su ejemplo"...pero actualmente ¡hay cada cura!, que no sé que es más escandaloso, si las barbaridades que hacen (debido seguramente a traumas, complejos y necesidades afectivas MADURAS no satisfechas que traen arrastrando desde años atrás) o las incoherencias que dicen. Así como hay curas que no tienen permiso para confesar (hay en el seminario una "materia" al respecto, y es necesario aprobar un examen para este sacramento), así también a algunos les deberían prohibir predicar y, más aún, hablar ante los medios de comunicación.

Conozco sacerdotes ejemplares, rectos, solidarios con sus fieles, coherentes y honestos en su palabra y en su estilo de vida, pero el modo de proceder de Rivera Carrera y y sus secuaces (son demasiados para nombrarlos a todos) me parece contrario a una actitud propia de un ser humano.

Y lo más triste, él (Cardenal Rivera) habla de "matarla fama". Lo irónico es que esta situación se ve en la persona del Obispo de Saltillo, que tuvo el valor (moral, civil, como se le llame) de hacer una denuncia contra la jerarquía y los sacerdotes pederastas al escribir el prólogo del libro de San Juana Martínez (Prueba de Fe), la reacción de la Jerarquía ya la conocemos, Don Raúl fue amonestado por medio del Nuncio, ¿cuándo se ha visto una amonestación del Nuncio o de un Obispo cuando uno de sus curas es acusado de violación?

El Sr Cardenal Rivera debe empezar por su casa (el buen juez por su casa empieza) y poner en en orden a tanto cura vividor, holgazán, abusador y por amor a Dios, no defender lo que no se puede defender. Espero que recuerde las palabras de Jesús..."lo que hacen a uno de estos pequeños, a Mí me lo hacen".